¿Cómo lo has pasado con 'The Voice'?
-Ha sido toda una experiencia porque es bien enérgico, son hartas horas de grabación y hay mucho talento. Hay un equipo detrás trabajando con muchas ganas y con mucha honestidad también. Siempre se tiende a pensar que a lo mejor alguno de estos programas están arreglados, pero bueno, uno no puede entrar a convencer a toda la gente, pero realmente es un programa súper bien hecho. Es como una Biblia, vienen de Holanda a supervisar que se realice igual cómo se hace en todos los países. La emoción de la primera etapa, que es lo que estamos viendo ahora, es real. Pasamos 10 horas ahí entonces teníamos que estar súper 'empilados' y con el mismo respeto que vemos al primer participante, hasta el último. Es mucha adrenalina. Lo que viene después es muy bonito, porque cuando ya creas lo grupos, que a pesar de ser tan difícil porque tienes que eliminar a gente de tu propio equipo, vas teniendo un vínculo musical con la gente. De componer, de guitarrear, conversaciones... no todo se ve en la pantalla, pero es muy musical. Canal 13 compró muchos instrumentos, lo cual me tiene muy contenta (risas).
¿Hay presión por cumplir los estándares del formato?
-Uno de los dueños de la licencia está supervisando, pero ha sido muy enfático en que seamos súper honestos con nuestras decisiones y que seamos libres de elegir a quienes queramos, y en ese sentido no hay presión. Es la presión de uno mismo, de tratar de elegir lo mejor posible. Lo que más nos cuesta a todos, y hablo a nivel personal, es que uno se pone en el lugar de las personas que han viajado de fuera de Santiago por largas horas y que tienen puesta la ilusión en un momento. Lo bueno es que, a diferencia de "Mi nombre es", tengo la oportunidad de conocer mucho a esta gente y hablar. Les hago ver que el estar en un programa de televisión musical en el que hagan arreglos, en el que puedan estudiar, que pueden descubrir lo que pueden cantar y que mucha gente vea tu talento, no existe para los artistas que están concretando cosas hoy en día. Les pregunto si han visto a la Javiera Mena, Astro, Gepe, o yo misma cantando en televisión, y no. No está la instancia que existía cuando era más chica e iba los programas a tocar mi música y la gente podía ver mi trabajo. Hoy no existe, entonces la oportunidad de que la gente vea tu talento, es un gran oportunidad.
¿Qué tan involucrada estás con la gente de tu equipo?
-Me hubiese gustado haber estado más involucrada, porque uno como que quiere seguir conversando con lo de tu equipo. Igual he tenido varias instancias de conversaciones, no sólo musicales, también de la vida. Se van a dar cuanta que, sin querer, me llevé al grupo más joven y hemos tenido muy buenas conversaciones con gente de 17 o 18 años muy talentosa con ganas de cantar y hacer carrera, pero igual uno quisiera más oportunidades. Este programa ha ido muy rápido en su grabación. Estamos grabando desde abril y no hemos parado. Ha sido bien intenso, pero enriquecedor al mismo tiempo.
¿Cómo manejan el tema de las rivalidades entre los coach?
-Es un juego entre nosotros. Tenemos que reírnos un poco de cómo podemos convencer al participante para que elija nuestro equipo. Hemos logrado pasarlo bien, reírnos y tener esta rivalidad, pero que poco a poco, no es que se vaya poniendo más seria, pero sí, uno va entendiendo que va conformando un equipo y que de repente uno se lleva a uno mejor que a otros. Entonces, es un juego, lo pasamos bien, pero también estamos consientes de que queremos tener la mejor voz (risas).
¿Tienen algún tipo de cábala antes de los programas?
-Hacemos una arenga (risas). Como que nos tomamos las manos, hacemos unos gritos, nos abrazamos. Le ponemos color porque igual son hartas horas de grabación. Esa silla maravillosa ya es mi amiga, es mi oficina. Si no lo pasáramos bien, la verdad es que se notaría mucho. A veces en la edición ponen primero al último, después de diez horas de estar ahí, y queremos que ambos participantes tengan la misma energía de nosotros.
Han tenido muy buena sintonía ¿lo esperaban?
-Obviamente, uno trabaja o hace un disco pensando primero en que te guste a ti, y que eso se transmita a otros lados y que a la gente le guste, es maravilloso. En ese sentido, este programa muestra mucho qué tan importante es la música para las personas en Chile y es real, es muy importante. La gente escucha mucha música, la gente vibra con la música, la gente se sana con la música, evade situaciones difíciles... obviamente que esperábamos que en un programa donde hay un equipo grande trabajando día y noche, donde nadie se queja, le gustara a la gente. Tener un programa en televisión abierta dos veces a la semana es un desafío para todos. Y que le haya gustado a la gente es un reconocimiento al trabajo hecho de verdad y a la música hecha en Chile, que para mi es esencial.
¿Hacen falta más programas musicales y menos teleseries importadas?
-Por supuesto. Mientras más cultura, series nacionales, programas de música y teleseries chilenas hayan, es un aporte a la identidad que tenemos, y eso lo tenemos que cuidar y valorar, porque la identidad de un país es un tesoro.
El próximo 1 de agosto tienes un show junto a Luis Fonsi en "La noche de la FM Dos" ¿cómo se viene eso?
-Me encanta cuando la música se abre paso a ciertos estereotipos o estilos. La música es súper amplia y lo romántico también puede ser electrónico, alternativo o rockero, depende de cómo se mire. Hay románticos que tienen una actitud muy rockera y la verdad que la música para mi, en todos sus géneros, es para apreciar. En ese sentido, compartir escenario con mi compañero de "The voice", que es una gran persona y un tremendo artistas, es de lo mejor. Ya hemos cantado junto y tenemos conversaciones musicales de muchas horas gracias a todo lo que compartimos en el programa, así que bacán poder compartir con él y con Andrés de León esa noche.
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