Cuando los guionistas Elena Muñoz y Rodrigo Bastidas plantearon la idea de hacer "Pituca sin lucas", tenían un claro objetivo con el proyecto: mostrar historias de amor en un contexto totalmente chileno, sin rehuir las realidades patentes en el país, y hacer una teleserie con punto de vista. "En las producciones anteriores se pensaba que los personajes tenían que ser un poco más neutros porque la gente los podía rechazar. Pero nosotros planteamos que era totalmente al revés y que el público se identifica cuando los personajes tienen características definidas y un punto de vista reconocible", explica Muñoz.
"Pituca sin lucas" era la primera producción de un área dramática que daba sus primeros pasos en Mega, luego de que María Eugenia Rencoret arribara con un grupo de actores, técnicos, guionistas y productores. Finalmente, sorteó el desafío y se transformó en un exitoso fenómeno que promedia 25,2 puntos de rating en sus 147 capítulos emitidos.
En tono de comedia y en sus siete meses al aire, la ficción logró desarrollar temas como la discriminación, la homosexualidad, la precariedad de la educación pública, la corrupción de los empresarios -personificado en el rol de Mauricio Pesutic-, las diferencias religiosas y la lucha sindical de los trabajadores.
Encuentro de dos mundos
La atomización del Chile actual, la resistencia de la gente a juntarse con personas distintas, los prejuicios y las descalificaciones inspiraron el desarrollo de la teleserie. "Quisimos hacer convivir todo tipo de personajes. Por eso, hay un comunista bastante particular, ateos, creyentes, gente de un nivel más alto y otra de clase media; gente de izquierda, de derecha y de centro. Teníamos la confianza y la creencia de que mientras más conviven, más se pueden entender", explica la guionista.
Fue justamente esa relación de dos mundos distintos -que se encontraban en dos casas pareadas, en el Terminal Pesquero o en eventos vecinales- la que generó la identificación de la audiencia. Así lo visualiza el doctor en psicología Giorgio Agostini: "La teleserie retrata una realidad que existe y trata temas como la discriminación, la inserción social y las diferencias de clases. Lo interesante es ver cómo a medida que se conoce a una persona y se deja de lado el prejuicio se descubre que tiene muchos valores. Eso me parece muy rescatable porque lleva a la reflexión y a la conversación en familia".
María Eugenia Rencoret, directora general del área dramática, hace un balance similar. "Creo que 'Pituca' ha sido una teleserie muy cercana porque ha reflejado fuertemente nuestra sociedad en la pantalla. Nos hicimos cargo del Chile de hoy, con su contingencia, y eso envuelto en una preciosa historia de amor cruzada por las diferencias sociales", dice.
Personajes extremos
La producción también atribuye los buenos resultados a la frescura de la historia, a los colores que entregaban locaciones como el Terminal Pesquero, a los romances inocentes que se mantuvieron durante toda la trama y al carisma de disímiles personajes que interpretaron actores como Paola Volpato, Ingrid Cruz, Augusto Schuster y Fernando Godoy.
Pero también se criticó la caricaturización o los extremos de algunos roles, entre ellos, Enrique "Enrie" Andrade (Otilio Castro) o Lita Achondo (Gabriela Hernández), que se adjudicó un par de denuncias al CNTV por sus despectivas frases, como "negros curiches" o "guaguas de micro". "Al hacer comedia se pueden exagerar los defectos y querer a los personajes porque tienen contrastes y ambivalencias. Uno podría decir que es criticable la Lita, sin embargo es un rol súper humano y la gente lo quiere. Decir que el 'Enrie' es el prototipo del gay amanerado que siempre se usa en las teleseries es una tremenda discriminación, porque el gay amanerado existe y no hay ningún pecado en eso", afirma Muñoz.
Al hacer un análisis de la teleserie, el psicólogo hipnoterapeuta José Luis Rojas también comparte la fórmula en que se presentó la historia: "Como en toda ficción, hay personajes, situaciones y estratos sociales que están un poco exagerados, sin embargo refleja muy bien la diferencia de clases que tenemos en nuestro país, donde la distribución de la riqueza está tan mal hecha. Hay sátira y sarcasmo, pero también mucha realidad".
Lo malo de no tener rival
"Pituca sin lucas" no solo fue la conquista de una nueva teleserie en el horario de las 20 horas. La historia familiar que hoy está en sus descuentos fue la consolidación que necesitaba el nuevo Mega para instalarse como el líder indiscutido de la TV. De la mano de María Eugenia Rencoret -encargada del área dramática que TVN no pudo retener después de 20 años allá-, la administración de Patricio Hernández -director ejecutivo que Canal 13 tampoco mantuvo entre los suyos- pudo demostrar que las teleseries turcas que a mediados de 2014 le dieron la buena racha de sintonía al pujante canal, eran solo una afortunada contingencia que había que saber profundizar porque -es de suponer-no se puede eternizar.
Pero el éxito de la nueva dupla Hernández-Rencoret no comenzó con la historia de la familia de mujeres venidas a menos, sino con una teleserie que nunca se dio. "Dueños del paraíso", la fallida coproducción con Telemundo con que TVN aún debe lidiar en sus pantallas, fue un proyecto que primero pasó por el canal privado y que esta dupla rechazó por su falta de cercanía local.
Saber qué hacer implica necesariamente saber qué no hacer. Y eso es algo que ejecutivos como Rencoret y Hernández-ambos con indiscutida experiencia en la TV- saben perfectamente separar. Lamentablemente, en el resto de los canales que compitieron con ellos a fines de 2014 no existía mucha gente con esa cualidad.
Producciones familiares como "Valió la pena" en Canal 13 y "Caleta del sol" en TVN fueron injustos competidores para "Pituca sin lucas". Ninguno estaba a la altura creativa ni tenía la coherencia y atractivo argumental de la producción de Mega; tampoco ninguno tuvo un manejo ejecutivo que permitiera defender no solo los intereses de su propio canal, sino que los de toda la industria local. Ambas teleseries fueron cambiadas de horario y reemplazadas por envasados que fallaban una y otra vez.
"Pituca sin lucas" corrió sola la carrera de las 20 horas, e, indirectamente, su victoria sin oponentes ayudó a bajar la moral de toda la industria de la ficción nacional.
A nadie, ni siquiera a Mega, le sirve tener un mercado sin competencia, una carrera sin rival. Mucho menos le sirve a la teleaudiencia tener en pantalla un solo reflejo de su idiosincrasia; porque por bueno que este sea nunca dará cuenta real de la diversidad.
Esta noche está anunciado el debut de "La poseída", nocturna de TVN que es la primera gran apuesta de la nueva dirección ejecutiva de la señal estatal. Con sus nuevos estrenos en ficción, el resto de los canales tiene una oportunidad para mostrar humildad ante las lecciones de los talentos no valorados y, por tanto, para responder a las demandas de calidad que sí encierra la masividad.
Datos
25,2 puntos de rating promedia la teleserie.
147 capítulos se han emitido hasta ahora que suman 3.960 minutos.
39,1 puntos fue el peak más alto registrado el 27 de octubre.
16 actores integraron el elenco estable de la ficción.
12 de febrero terminó el rodaje tras seis meses de intenso trabajo.
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