domingo, 12 de abril de 2015

Los secretos que guarda el oscuro y cuidadoso rodaje de "La poseída"

"El Mercurio" accedió a las grabaciones de la próxima teleserie nocturna de TVN, inspirada en la historia de Carmen Marín, la primera mujer exorcizada en Chile.

Es el Santiago de 1890; es la estética de otro tiempo. Al interior del antiguo Hospital San José, que originalmente fue construido a mediados del siglo XIX, se preparan tres focos y tres cámaras para registrar una producción que retrocede 125 años. Destacan antiguas pinturas en las paredes, lámparas de cristal, estantes de libros, una camilla blanca y viejas sillas de cuero. Amparo Noguera, Jorge Arecheta y Luciana Echeverría se alistan para entrar en acción.

"La poseída", la próxima teleserie nocturna de TVN, cuenta una historia particular. Basados en hechos reales y en el libro "La endemoniada de Santiago", un equipo liderado por la guionista Josefina Fernández ("Los archivos del cardenal") escribió una ficción que narra la vida de Carmen Marín (Luciana Echeverría), una joven que parece estar poseída por el demonio. Tiene repentinas convulsiones, manifestaciones sexuales y extrañas revelaciones que enfrentan a la Iglesia y a la ciencia en busca de una respuesta. "Es una teleserie intensa y un guión irreverente", dice Echeverría, quien ha enfrentado clases de hipnosis, de latín, de canto y de baile como preparación de su rol.

"¿Dónde está la Carmen Marín?", grita el director Víctor Huerta. Luciana Echeverría entra rápidamente al set. Usa poco maquillaje y viste el típico uniforme cuadrillé de niñas de convento. Le sigue Noguera, quien interpreta a Sor Juana, la madre superiora encargada de cuidar a la joven. En la escena, ella lleva a la chica a la consulta del doctor Gabriel Varas (Jorge Arecheta) para que le tome unas fotografías y emita un diagnóstico.

Huerta es exigente y repite los ensayos una y otra vez antes de registrar la escena. "Se está realizando un trabajo bastante cuidadoso, muy perfeccionista, lo cual me parece muy bien, porque en general la televisión tiende a ir un poco más rápido", cuenta Arecheta, quien reconoce que interpreta un rol más maduro que los de sus trabajos en "Vuelve temprano" y "Caleta del sol".

Hay más de 25 personas circulando por el set de grabación. Por el contenido de la historia, el rodaje no está exento de supersticiones: Luciana Echeverría dice que aunque no cree en sortilegios, tiene un sistema de protección personal, mientras que para el resto del equipo se reparten cintas rojas que amarran en sus muñecas. "Es para los malos espíritus y las malas vibras", dicen.

La teleserie se transformará en la gran apuesta nocturna del primer semestre, por lo que la inversión del canal no es menor. Además del registro en el antiguo Hospital San José, se graba en el Cementerio General y en una casona de Pirque. También se construye dentro de TVN una larga calle que representará la fachada del Santiago de 1890. En esa edificación se montarán casas, una plazoleta, e incluso circularán carruajes entre sus pasajes. También hay un cuidado particular en el vestuario, que se diseñó especialmente para cada actor, incluidos accesorios, como joyas y sombreros. "Es una teleserie difícil de hacer y difícil de grabar, pero siento que tenemos en las manos un proyecto distinto que nos tiene contentos a todos", afirma Amparo Noguera.

La secuencia que sigue es más compleja. El médico se alista para sacar las fotografías a su paciente, pero ella, en una seductora actitud, aparece con esas antiguas prendas que se usaban como ropa interior. El equipo cuida la escena, cambia las luces, cierra las ventanas y vuelve a grabar cinco veces los planos de cada actor. Antes también grabaron otra escena cargada de sensualidad en la que el rol de Arecheta debe seducir y lanzar con fuerza a la camilla al personaje de Emilia Noguera, una joven aristócrata enamorada del médico. "Soy una persona decente, esto no corresponde", dice ella.

Horas más tarde, en el patio del antiguo hospital, las actrices Francisca Gavilán y Daniela Ramírez, que en la historia dan vida a dos prostitutas de la chingana del pueblo, se pasean por los pasillos; los extras esperan largo tiempo que comiencen sus escenas, parte del equipo se junta a almorzar, Jorge Arecheta sale a fumar y Amparo Noguera habla por celular vestida de monja.


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