Nicolás Pérez de Castro es el nombre del personaje al que Alvaro Rudolphy dará vida en Pobre gallo, la nueva teleserie vespertina de Mega. En ella, el actor interpretará a un exitoso economista, que dedica el cien por ciento de su tiempo al trabajo y nada a su familia, y que producto del estrés laboral sufre un paro, por lo que debe cambiar completamente su ritmo de vida. Es ahí cuando Pérez de Castro se traslada a vivir al campo, alejado de su computadora y de toda la tecnología.
Esta es la segunda producción dramática de Rudolphy en el canal del Grupo Bethia, y de entrada destaca las diferencias que ha experimentado entre las grabaciones de Pituca sin lucas y la actual comedia romántica, la que protagonizará junto a Paola Volpato e Ingrid Cruz. “Nosotros grabamos la Pituca en los estudios de ChileFilms y era todo muy precario. Ahora estamos acá, que es un lugar súper grande y bonito. A ratos uno se siente como invadiendo, como de allegado, porque no conoce bien el lugar, y tampoco a la gente. Pero todo esto es bueno porque antes estábamos como aislados y ahora estamos empezando a ser parte del canal. Me parece bien que estemos integrados a la casa matriz”, dice el actor sobre las seis semanas que lleva instalada el área dramática en las nuevas instalaciones de Mega, en Vicuña Mackenna.
Al ser casi el mismo equipo de Pituca sin lucas, ¿sienten la presión de repetir el éxito de sintonía?
Algo hay. No sé si es una presión, pero sí tenemos latente la sensación de que no podemos fallar y que hay una expectativa que cumplir. Sin dudas queremos repetir el éxito, pero sabemos que es difícil lograrlo o volver a tener un éxito como el de Pituca. En esa teleserie estaba todo eso de la novedad, de querer ver a esta gente en un canal nuevo. Si bien sabemos que tenemos una muy buena teleserie entre las manos, no sé si logre el éxito de Pituca sin lucas. La presión está por tratar de responder a lo que ya hicimos.
¿Siente que tiene que hacer un gran trabajo para desmarcarse de Manuel Gallardo, su anterior rol?
Sin duda que sí, y eso es porque en general yo no trabajo los personajes con mucho cambio de look, sino que hago un trabajo desde adentro. No me dejo, no sé, el pelo largo, ni tampoco me rapo. Mis cambios son muy pocos y uno como actor debe lograr dar un vuelco siendo el mismo. Sé que la gente tiene muy presente aún a Manuel Gallardo, pero vamos a tratar de darle un vuelco.
¿Por qué cree que han funcionado las teleseries de María Eugenia Rencoret en Mega?
La Quena tiene muy buen ojo. Ella sabe olfatear un poco lo que la gente quiere ver según el horario. Sabe elegir bien a los guionistas, a los actores, y las historias. La gracia de alguien que dirige un área tan grande, es el olfato.
¿Cómo vivió la crisis de los otros canales cuando Pituca… se convirtió en un fenómeno?
Es bien complejo y bien peligroso. Espero que la industria de las teleseries y las distintas áreas dramáticas puedan reflotar en los distintos canales. El área de ficción no puede quedar en manos de un solo canal. Tiene que haber más propuestas porque al público chileno le gusta la ficción nacional. Hay ciertos hitos de teleseries extranjeras que de repente la rompen en nuestra pantalla, como pasó con Betty, la fea o las turcas, pero no es nada más que algo esporádico. Es necesario y bueno que los otros canales puedan armar áreas dramáticas sólidas porque son un sello. Tal vez hay que innovar en los contenidos y saber reinventarse.
¿Le gustaría hacer más cosas en el canal?
Claro que sí. Siempre he tenido ganas, pero eso no depende de mí. En TVN tuve una breve oportunidad de hacer un programa para la señal internacional, que se llamaba Lo mejor de mi tierra, y me encantó poder probar en otra cosa.
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