Que el matinal no se acaba. Que Buenos días a todos seguirá existiendo en 2016. Eso transmiten al interior de TVN, luego de cambios, anuncios y hasta el comidillo de la competencia; esta semana en Bienvenidos, de Canal 13, dedicaron largos minutos a discutir el estado del espacio, bajo el título “¿Se acaba el Buenos días a todos?”.
Al igual que el resto del canal, el espacio conducido por Karen Doggenweiler y Julian Elfenbein lleva todo el año en cuarto lugar de rating; promediando, en lo que va de esta temporada, 3,8 puntos.
El movimiento comenzó en marzo cuando el director histórico del espacio, Mauricio Correa, dejó la mañana y pasó a otros proyectos, como el fracasado Lip sync. En mayo asumió el cargo Felipe Vera; trascendidos apuntaban a que tenía seis meses para revertir la situación de rating. Aunque Vera lo negó, su llegada fue en mayo y el pasado lunes, se supo que a fin de mes deja sus labores para asumir dos nuevos proyectos en dirección de programación. En estos meses, el matinal fue incluyendo temas más misceláneos, recibió a científicos y escritores, se alejó de la farándula, pero también tuvo problemas con parte del directorio tras el reclamo por un segmento donde se ironizaba con la Constitución, lo que terminó con un reclamo de la UDI por “adoctrinamiento”.
Quien lo sucederá, y quien habría presentado el proyecto de renovación ganador, más enfocado en lo femenino, es la periodista María Eugenia Camus, quien comienza sus labores el 30 de noviembre.
Camus lleva doce años en TVN, a cargo de noticieros de la mañana y mediodía, por lo que, destacan dentro de la señal, conoce al público. En el largo currículum de Camus, quien perteneció al MIR, incluye años en la revista Análisis, y un paso por la Secom en el gobierno de Ricardo Lagos. Camus llega, según informan desde TVN, con “el propósito de reformular sus contenidos para el próximo año, en busca de una renovación que permita mejorar la conexión con las audiencias”.
Aunque durante estos meses de reformulación del espacio se barajó la opción de acortarlo a dos horas, esa idea ya se habría desechado. Así que Camus asume el desafío de las cuatro largas horas matinales, que deben reconquistar al público que en los 90, hizo a Buenos días a todos el favorito indiscutido.
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