Como todo mega evento que se hace una vez al año, las evaluaciones y el trabajo para superar y mejorar lo ya realizado se inicia al día siguiente que termina.
Esta no ha sido la excepción pues ya se piensa que uno de los cambios que tendría Viña 2014 estaría por el lado de escenografía y la orquesta festival.
Muchos periodistas históricos del certamen notaron que la orquesta, que antes era tan protagonista del espectáculo como los propios artistas del show, ahora simplemente no se veía.
Comenzaron a preguntarse en las reuniones de pauta que hacían que cada día en el salón de prensa o en la antesala de cada jornada. Uno de esos días, el tema fue descifrar ¿dónde estaba escondida la orquesta? Nadie tenía una respuesta.
Algunos decían que estaba todo grabado, que la tecnología hace maravillas o que las voces y arreglos se registraron antes de que comenzaran las transmisiones… en fin, las tesis abundaban.
Lo cierto era que la orquesta siempre estuvo. Como siempre dirigida por su director y con músicos de talla mundial, los mismos que son capaces de “pitutear” una semana con Sting o después partir a dar una clínica de Jazz invitado por una marca internacional de instrumentos musicales.
VISIBLES Y CON DOBLE BATERÍA
Todo indica que para Viña 2014 el público en el anfiteatro y en sus casas podrá ver los rostros y saber quiénes son los músicos que acompañan a los participantes. Podrá saber también quién es la persona que dirige al grupo, o quién es aquella chica que canta el estribillo del jingle que todos escuchamos varias veces al día mientras dura el certamen.
Durante el festival pasado, la orquesta funcionaba en un subterraneo, una especie de galpón donde se instalaban en el ascensor que los llevaba a la superficie las pocas veces que fueron mostrados ya que si subían al escenario los tapaba una pantalla gigante.
Para Viña 2014 la producción tendría en consideración el tema, y rediseñaría la parte estructural de la escenografía en función de que la orquesta sea también parte de la fiesta.
Otro cambio que se espera es que su director y baterista, Carlos Figueroa, (quien ha tocado en giras con Incubus y Ricky Martin, entre otros), contaría con dos baterías donde una de ellas sería tocada por él en algunas oportunidades. Esto último, un viejo anhelo del músico. Estas y otras ideas, estarían en proceso de análisis de factibilidad.
Durante la versión 2013, Albert Hammond solicitó que esta orquesta lo acompañara en su show tanto en Viña como después en Temuco.
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